Si en tu patio o jardín no da demasiado el sol, los arbustos de sombra pueden ser la mejor solución para disfrutar de un espacio lleno de vegetación sin tener que preocuparte por su bienestar.
Vamos a ver algunas variedades que crecen bien en condiciones de sombra y semisombra, que se desarrollan rápidamente y, además, no son muy exigentes en cuanto a cuidados.
Hortensia, el arbusto de sombra por excelencia
Aunque se suele confundir con una planta, lo cierto es que la hortensia es un arbusto. La especie más común y popular es la Hortensia macrophylla, que destaca por sus grandes inflorescencias con forma de globo.
En jardinería, las hortensias se usan con mucha frecuencia plantadas en grupos para formar setos, porque su rápido crecimiento permite cubrir superficies bastante amplias.
Este arbusto prefiere estar en semisombra y no lleva bien el sol directo. Lo que sí necesita es un suelo húmedo, rico en materia orgánica y ligeramente ácido.
Como particularidad, el color de sus flores puede variar dependiendo del pH del suelo. Si este es ácido, las flores son azules. En cambio, en suelos alcalinos las flores son rosas.
Aucuba japónica
También conocido como laurel moteado u hoja de oro, este arbusto es una muy buena elección para jardines sombríos que no reciben mucha luz solar al cabo del día.
Lo que más destaca de esta planta son sus hojas perennes, que tienen un intenso color verde salpicado con motas amarillas o doradas. Esto le confiere un aspecto algo diferente a lo común y consigue alegrar esos espacios del jardín que son un poco oscuros.
Uno de sus puntos fuertes es que es muy resistente y no es demasiado exigente en cuanto a los cuidados.
Necesita un riego regular, especialmente en verano, y se desarrolla mejor en suelos fértiles y bien drenados. En cuanto a la poda, lo mejor es dejarla para finales del invierno y aprovechar ese momento para darle forma y eliminar ramas secas o dañadas.
Gracias a la densidad de sus hojas, se puede utilizar para formar setos en el jardín, y también puede ser una buena adición a macizos o arriates con otras plantas de sombra como helechos.
Camelia
Aunque el crecimiento de la camelia es más lento que el de los arbustos de sombra anteriores, no podíamos dejar de incluirla en esta lista por su extraordinaria belleza, especialmente durante la época de floración.
La Camellia japonica es un arbusto perenne originario de Asia que es conocido por sus flores, que hacen acto de presencia tanto en invierno como en primavera. Además, como no pierde las hojas, siempre le aporta un toque de color al jardín.
Este arbusto se adapta bien a lugares sombríos o de semisombra, aunque también puede tolerar un poco de sol en las primeras horas de la mañana.
Por lo que se refiere a sus cuidados básicos, prefiere suelos ácidos, ricos en materia orgánica y bien drenados. En materia de riego, es mejor aplicar un riego regular evitando el encharcamiento.
Tras la floración puedes podar el arbusto y estimular así la aparición de nuevos brotes que florecerán en la siguiente temporada.
Fatsia japonica
La Fatsia japonica o Aralia japonesa es una de las mejores elecciones para jardines que no reciben sol directo. Es una planta de aspecto exótico que destaca por su follaje exuberante.
Es muy resistente y fácil de cuidar, por lo que muchas veces se recomienda para jardineros inexpertos. Además, se puede cultivar fácilmente tanto en maceta como en el suelo, y es perfecta para crear setos.
Sus cuidados básicos incluyen un riego regular, especialmente en verano. Un suelo fértil y bien drenado y una poda regular a finales de invierno para darle forma y eliminar las ramas secas o dañadas.
Si puedes colocarla en un lugar del jardín en el que reciba un poco de luz por la mañana, sus hojas estarán todavía más bonitas, porque su verde será más vistoso.
Hebe
El Hebe es una planta de hoja perenne que se adapta bien a los rincones del jardín que no reciben mucha luz solar. Además de ser bonita, es versátil, resistente y tiene una floración bastante llamativa y prolongada durante los meses de primavera y verano.
Hay muchas variedades de Hebe, pero en este caso se recomiendan las de porte compacto con las que se pueden obtener arbustos grandes.
Esta es una planta que necesita un riego regular y que se adapta bien a suelos bien drenados y ricos en materia orgánica.
La poda para mantener su forma la puedes dejar para después de la floración, y así consigues estimular la aparición de nuevos brotes.
Consejos para cuidar tus arbustos de sombra
Cualquiera de estas cinco variedades te dará buenos resultados y, aunque cada una de ellas tiene unas necesidades de cuidado específicas, hay una serie de cuidados elementales que debes tener presentes:
Ubicación
Escoge para estos arbustos una ubicación en sombra, pero procura que reciban algo de luz indirecta. Ninguna planta se desarrolla bien en condiciones de completa oscuridad.
Además, asegúrate de que estén resguardados de los fuertes vientos, especialmente durante el invierno.
Riego
Debes hacer el riego de estas plantas con regularidad suficiente para que el sustrato no se llegue a secar del todo, pero sin provocar un encharcamiento.
En la medida de lo posible, riega con agua a temperatura ambiente para que las raíces no noten un cambio de temperatura brusco.
Suelo
El suelo ideal para estos arbustos es uno que sea rico en materia orgánica y tenga una buena capacidad de drenaje.
Por lo que se refiere al pH, aquí pueden darse importantes diferencias. Mientras algunas plantas prefieren suelos neutros, otras como las hortensias y las camelias se desarrollan mejor en suelos ácidos.
Fertilización
En primavera dales a estos arbustos un poco de abono orgánico para estimular el crecimiento y la floración.
Poda
Tienes que llevarla a cabo después de la floración. Así consigues mantener la forma del arbusto a la vez que estimulas la aparición de nuevos brotes.
Los arbustos de sombra son una buena elección para jardines con poca luz y, aunque son poco exigentes en cuidados, darles lo que necesitan te permitirá verlos crecer más fuertes y sanos.